Control de AVES

Las aves, en nuestro entorno, también pueden llegar a ser una molestia o una plaga.

A las palomas, por ejemplo, se las ha llegado a llamar las "ratas del aire" porque, en algunos casos, se han convertido en una auténtica plaga pues se han adaptado a la cercanía con nosotros, aumentan su número en forma excesiva y empiezan a causarnos trastornos con sus excrementos. Los excrementos de paloma, a parte de sucio e insalubre, resulta corrosivo para los materiales de las edificaciones. Además, también son portadoras de pulgas y otros parasitos.

Normalmente el control de aves no incluye el sacrificio de ningún ejemplar, aunque cada vez son más los ayuntamientos se plantean el sacrificio como remedio a su número excesivo. El control profesional de aves se realiza, fundamentalmente, por métodos físicos: excluyéndolas, ahuyentándolas o trasladándolas.